Llegué al Albergue el 17 de mayo, un poquillo más nerviosa que en años anteriores, ya que este año ha sido el primero que he estado como hospitalera de apoyo en "solitario".
Y digo "solitario" proque esto es casi como una segunda casa mpara muchos. Así que aquí siempre hay compañía: cuando no está Mari para echar una mano, está Ainhoa y si no, los chicos de Estella que vienen de visita.
Incluso puedes encontrarte a vecinas por la cocina dando el visto bueno al Albergue (Eh Elena? jeje!)
Además, casi todos los días hemos colgado el cartel COMPLETO/FULL, lo cual significa que cada día hemos atendido a 34 peregrinos, multiculturales y procedentes de los 4 continentes. Con lo que, he estado muy acompañada!!!
Estos días los he compartido con Vicente, un hospitalero de Vitoria, al que ha sido muy fácil cogerle un especial cariño. Y no soy la únioca que lo dice: han sido 5 intensos días, con situaciones entrañables, largas conversaciones y en la despedida todos los peregrinos coinciden en un mismo sentimiento: la labor tan humana que ofrece este albergue.
Incluso con los que no podíamos conversar, solo había que observar sus caras, reflejo de un sincero agradecimiento.
A Simon, al salao del sevillano, a los simpáticos donostiarras que me dieron una paliza al chinchón, a la pareja de daneses, al francés-gallego, a los granadinos, a la sonriente señora de California, a los enamorados de Brasil, a los chicos de Terrassa... y a muchos otros que seguro que me dejo en el tintero.
Para que podamos vivir en una sociedad más plural y con espacio para todos.
Un abrazo muy fuerte y buen Camino!
Susana
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