Alberto,
Conchi y Txomin comparten con nosotros lo vivido durante su estancia en el
albergue. Conchi nos muestra los nervios de la primera experiencia; Alberto, la
seguridad que se adquiere a lo largo de años y Txomin nos deja una gran
reflexión sobre todo lo que viven hospitaleros y peregrinos en nuestro albergue.
¡Gracias
equipo!
Yo empecé hace tres años y fue
muy buena experiencia. Este año ha sido inolvidable con Conchi, Txomin, Sara y
Alicia.
Todos unos compañeros
inolvidables. Txomin es muy majo y nos ha enseñado Estella ya que no lo conocía
bien. Y con Conchi también muy maja nos ha enseñado manualidades. Con Sara
recordaré las grandes partidas al parchís.
Los peregrinos han sido muy
amables y solidarios.
Al estar en el albergue aprendes
a ser voluntario con todos y a servir a la gente en lo que necesiten.
Para mí que cumpla 10 años el
albergue es bueno porque así se ve que siguen viniendo peregrinos para que
continúe en pie…
Un
abrazo,
Alberto
Soy Conchi, y ha
sido una experiencia nueva ya que siempre he estado de colonias con Gorabide.
Y como este año lo iba a dejar
me propusieron venir de hospitalera y acepté aunque un poco nerviosa.
Una vez aquí me sentí un poco
desubicada pero después ha sido fenomenal!!!
La gente es muy maja y aunque me
ha costado comunicarme con algunos peregrinos extranjeros, he aprendido otras
maneras de expresarme y me llena de satisfacción.
He estado muy contenta con mis
compañeros y espero repetir el año que viene.
Buen Camino,
Conchi
Que el año que viene repita ".......", en clara
alusión a uno-a de los hospitaleros-as del albergue de ANFAS, he podido leer en
el libro de visitas en mi penúltimo día de estancia en el albergue de ANFAS de
Estella-Lizarra este año 2013.
Después ya de unos 8 años, ya pocas cosas pueden
sorprenderle a uno por ver, pero entre esas pocas cosas que todavía me llaman
la atención es la gratitud mostrada por algunos peregrinos a los que se les ha
dado cobijo y hospitalidad. Cada día es una nueva historia, porque la lista de
peregrinos se renueva que no la de los voluntarios de Anfas. Aunque cada vez se
van sumando más. De los primeros poco cabe decir, hacen el Camino de Santiago,
algunos saben dónde están y el porqué de su decisión de ponerse las botas, y
han querido conocernos; y otros, por el contrario, nos visitan fruto de la
casualidad. A todos ellos se les atiende por igual, con el mismo cariño y
dedicación.
Los voluntarios hospitaleros así como los de apoyo hacen
posible que quienes realizan el Camino de Santiago, se lleven en la mochila o
alforjas un buen recuerdo de su paso por estas tierras, y muchas, muchas
sonrisas. Estoy seguro que algunos de ellos volverán algún día atraídos por
este mundo tan desconocido que es el de la discapacidad a visitarnos o incluso
quien sabe si a colaborar. La huella ya esta dejada. Objetivo cumplido. Hasta
el año que viene.
Txomin.
Txomin.
Agurrak.
Txomin.
Agurrak.