lunes, 9 de septiembre de 2013

Alberto, Conchi y Txomin



Alberto, Conchi y Txomin comparten con nosotros lo vivido durante su estancia en el albergue. Conchi nos muestra los nervios de la primera experiencia; Alberto, la seguridad que se adquiere a lo largo de años y Txomin nos deja una gran reflexión sobre todo lo que viven hospitaleros y peregrinos en nuestro albergue.
¡Gracias equipo!

Yo empecé hace tres años y fue muy buena experiencia. Este año ha sido inolvidable con Conchi, Txomin, Sara y Alicia.
Todos unos compañeros inolvidables. Txomin es muy majo y nos ha enseñado Estella ya que no lo conocía bien. Y con Conchi también muy maja nos ha enseñado manualidades. Con Sara recordaré las grandes partidas al parchís.
Los peregrinos han sido muy amables y solidarios.
Al estar en el albergue aprendes a ser voluntario con todos y a servir a la gente en lo que necesiten.
Para mí que cumpla 10 años el albergue es bueno porque así se ve que siguen viniendo peregrinos para que continúe en pie… 
Un abrazo,
Alberto

Soy Conchi, y ha sido una experiencia nueva ya que siempre he estado de colonias con Gorabide.
Y como este año lo iba a dejar me propusieron venir de hospitalera y acepté aunque un poco nerviosa.
Una vez aquí me sentí un poco desubicada pero después ha sido fenomenal!!!
La gente es muy maja y aunque me ha costado comunicarme con algunos peregrinos extranjeros, he aprendido otras maneras de expresarme y me llena de satisfacción.
He estado muy contenta con mis compañeros y espero repetir el año que viene.
Buen Camino,
Conchi

Que el año que viene repita ".......", en clara alusión a uno-a de los hospitaleros-as del albergue de ANFAS, he podido leer en el libro de visitas en mi penúltimo día de estancia en el albergue de ANFAS de Estella-Lizarra este año 2013.
Después ya de unos 8 años, ya pocas cosas pueden sorprenderle a uno por ver, pero entre esas pocas cosas que todavía me llaman la atención es la gratitud mostrada por algunos peregrinos a los que se les ha dado cobijo y hospitalidad. Cada día es una nueva historia, porque la lista de peregrinos se renueva que no la de los voluntarios de Anfas. Aunque cada vez se van sumando más. De los primeros poco cabe decir, hacen el Camino de Santiago, algunos saben dónde están y el porqué de su decisión de ponerse las botas, y han querido conocernos; y otros, por el contrario, nos visitan fruto de la casualidad. A todos ellos se les atiende por igual, con el mismo cariño y dedicación.
Los voluntarios hospitaleros así como los de apoyo hacen posible que quienes realizan el Camino de Santiago, se lleven en la mochila o alforjas un buen recuerdo de su paso por estas tierras, y muchas, muchas sonrisas. Estoy seguro que algunos de ellos volverán algún día atraídos por este mundo tan desconocido que es el de la discapacidad a visitarnos o incluso quien sabe si a colaborar. La huella ya esta dejada. Objetivo cumplido. Hasta el año que viene.

Txomin.
Txomin.
Agurrak.


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